Abaratar los alimentos vegetales en Reino Unido es uno de los consejos de los asesores en materia de clima del gobierno británico. Inciden en que sean más baratos, atractivos y accesibles para lograr que la gente coma menos carne y lácteos. Esto es lo que ha concluido un reciente informe del Climate Change Committee (CCC) y del Centre for Climate Change and Social Transformations (CAST). En él se ha revisado el papel de la ciencia del comportamiento, definida como el estudio de cómo piensan y se comportan los seres humanos, en el diseño de políticas climáticas eficaces.
En este contexto analizaron ocho áreas clave:
Cambio de dieta: reducción de los alimentos con alto contenido en carbono en la dieta de las personas (carne y productos lácteos).
Reducción del consumo final: animar a la gente a reutilizar y reparar bienes, reciclar y reducir el desperdicio de alimentos.
Demanda aérea: reducir el número de vuelos.
Adaptación: adaptarse a un clima cambiante (por ejemplo, calor extremo o inundaciones).
Habilidades y carreras Net Zero: ayudar a las personas a desarrollar habilidades Net Zero y a acceder a carreras Net Zero (Net Zero: indica recortar las emisiones de gases de efecto invernadero hasta dejarlas lo más cerca posible de emisiones nulas).
Líderes empresariales y transición hacia la sostenibilidad: animar a las empresas a ser más sostenibles.
Uso del suelo y agricultura: aumentar la plantación de árboles en las tierras de cultivo.
Aceptabilidad política: aumentar la aceptación pública de las políticas climáticas.
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Abaratar de los alimentos vegetales y aumentar su visibilidad
En el estudio afirman que para la reducción de los alimentos con alto contenido en carbono (carne y lácteos), proporcionar información sobre el impacto de un alimento en la salud, el medio ambiente o el bienestar animal no es una forma eficaz de cambiar las dietas de forma aislada. Explican que las intervenciones basadas en la información funcionan mejor en combinación con otros enfoques, como hacer que los alimentos vegetales sean más accesibles, cómodos, atractivos y asequibles. Aseguran que los responsables políticos pueden conseguirlo haciendo que las opciones vegetales sean más visibles y estén presentes por defecto en supermercados y restaurantes, e introduciendo incentivos económicos (por ejemplo, reduciendo el precio de los alimentos vegetales).
El CCC recomienda reducir al menos un 20% el consumo de alimentos ricos en carbono, como la carne de vacuno, el cordero y los productos lácteos para llegar hasta un 50% en la sustitución de alimentos de origen animal por productos de origen vegetal en 2050. Con ello se ahorrarían 10 millones de toneladas de emisiones de carbono de aquí a 2035 y se cumplirían los objetivos climáticos del Reino Unido.
En el informe se habla de una serie de intervenciones que ayudarían a que la gente consumiera menos carne y lácteos. Como añadir un impuesto medioambiental por su nivel de emisiones de carbono o prohibir los anuncios algo que hizo que se redujeran las tasas de tabaquismo en Reino Unido. A esto se añade lograr abaratar los alimentos vegetales que sean accesibles, asequibles y deseables en los lugares físicos de venta (tiendas, supermercados…). También sería positivo relacionar los alimentos de origen vegetal con emociones positivas y describirlas como elecciones sanas, respetuosas con el medio ambiente y sabrosas.
